martes, 30 de agosto de 2011

capítulo II ~ Me lo temía..

Ya está confirmado... Mis sueños son premonitorios. Sí, al final he conseguido el curro en el anuncio. El anuncio es muy simple y tampoco es que me llame mucho la atención pero necesitaba ir para saber el misterio de mis sueños. Era prácticamente imposible que me dieran el papel del anuncio. En ese estudio de TV había, como mínimo, 300 chicas. Unas altas, otras más rellenitas, espigadas, más feas, más guapas... Yo era del montón. Del fondo del montón, así que no sé exactamente que les habrá llamado la atención de mí.
Cuando salí del estudio me dirigí rápidamente hacia mi scooter. No estaba muy feliz, tampoco me hacía ilusión, ya lo he dicho. Pero lo que si estaba era intrigada. ¿Por qué a mí? ¿Que tengo de especial? Pf, que lío... 
El trayecto se me pasó volando, y eso que no estaba precisamente cerca. Cuando entré por la puerta mi madre se abalanzó sobre mí y empezó una larga tanda de preguntas. 
-Bueno, ¿Que tal te ha ido? ¿Has conseguido el puesto? Venga, cuentame.
-Sí, mamá. He conseguido que me den el papel del anuncio, y eso que había muchas candidatas, incluso mejores que yo. 
-Bueno, no serían tan buenas cuando te han cogido a ti.
-Si tu lo dices... Bueno, me subo a mi habitación.
-¡Pero si vamos a comer dentro de nada!
-Ya, pero... no tengo mucha hambre. Déjame la comida metida en el microondas y luego, si eso, me la como.
-Está bien, como tú quieras.
Al fin conseguí deshacerme de mi madre. Subí corriendo las escaleras y cerré la puerta nada más entrar en mi habitación. Me tiré en la cama y me quede boca abajo, quieta, como un muerto. 
No dejaba de pensar en todo, en tantas casualidades, en los sueños, en lo que sería mi vida a partir de ahora... 
Decidí abandonar esos pensamientos y centrarme en la realidad. Recordé que dentro de unas semanas saldría en la tele. "Yo, protagonista de un anuncio" pensé. Me levante y me miré al espejo. No tengo mal físico, todo sea dicho. Mido 1,78, soy rubia, pero no el típico rubio como una mazorca de maíz, si no un rubio oscuro que, para mi gusto, era muy bonito. Y tampoco era una rubia tonta, una de mis cualidades es que tengo la cabeza bien amueblada. También soy delgada pero tengo mis curvas, con los ojos grises y, según mi familia y mis mejores amigos, tengo una sonrisa que enamora a cualquiera. 
Me retiré del espejo y me fui al armario. Está lleno de ropa, me encanta la moda. Mientras me iba probando modelitos para el día de la prueba, recordé que me había dicho el director que el anuncio lo iba a protagonizar con un chico. ¿Será guapo? ¿Me gustará? 
Mientras pensaba todo eso me entró hambre. Bajé a la cocina y abrí el microondas. Lasaña. Me la comí y subí otra vez a mi cuarto. Me tumbé en la cama y me quedé dormida.

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